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Los manipuladores emocionales suelen ser como lobos con piel de cordero. Utilizan estrategias de chantaje emocional con las que consiguen poner a los demás a su disposición.

Suelen ser grandes oradores, le dan la vuelta a las cosas a su conveniencia y embaucan a través de la distorsión cognitiva y la explotación emocional, con la intención de tomar el control siempre y obtener algunos beneficios o privilegios a expensas de su víctima.

¿Cómo podemos identificarlo?

  • Parece una persona encantadora
  • Embauca con la palabra
  • No duda en mentir para conseguir sus propósitos
  • Son egocéntricos, carismáticos y seductores
  • Usa el silencio para manipular
  • Ignora lo que estas sintiendo
  • Se ríe de ti y te juzga
  • Tiene la necesidad enfermiza de controlarlo todo, le da seguridad
  • No aceptan la culpa y hacen que dudes de ti
  • Buscan personas vulnerables
  • Te cuestiona a ti y a tu salud mental

¿Sospechas que estás siendo víctima de manipulación emocional? Pregúntate:

  • ¿Me siento culpable y/o inferior?
  • ¿Me he dejado a un lado a mí mismo en esta relación?
  • ¿Me siento tratado con respeto?
  • ¿Siento que tienen en cuenta mis necesidades e intereses?
  • ¿Las expectativas y demandas de esta persona son razonables? 
  • ¿Se trata de una relación equilibrada en la que los dos dan y reciben, o en la que sólo uno da y el otro no entrega nada o muy poco a cambio?
  • ¿Me siento bien conmigo mismo en esta relación?
  • Me siento “Yo mismo” en esta relación? ¿o estoy incómodo, pretendiendo hacer lo que se espera de mi?

El cómo te sientas te dará pistas sobre el tipo de relación y su equilibrio.El primer paso para hacerle frente a un manipulador es ser consciente de que tus derechos están siendo violados y reequilibrar la balanza. Tienes derecho a ser tratado con respeto y dignidad.

Frente a un manipulador, es inútil en estos casos intentar cambiar a la otra persona, o desgastarte para hacer que entre en razón: eres tú quien tendrás que cambiar forma de comunicarte con el manipulador, detectar sus trampas y no entrar en ellas. Es importante desarrollar tu asertividad y poner límites. Aprender a decir que no y a no anteponer las necesidades de otros a las tuyas.

Es el momento de ponerlo en práctica, no dudes en escribirme si necesitas ayuda para afrontar esta situación, y recuerda, lo más importante siempre eres tu.

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